Una de las principales diferencias es que anteriormente las instalaciones se separaban en tipos A y B, es decir de mayor o menor probabilidad de proliferación de la legionella. Ahora se incluye una relación no exhaustiva de instalaciones y equipos.
Antes empezábamos los análisis de las instalaciones con un plano señalizado (AP) o un esquema de funcionamiento (BP), ahora nos hará falta un «Diagnóstico inicial» y una «Descripción detallada» de la instalación.
Ello significa que debemos de tener:
- datos técnicos de funcionamiento diseño y ubicación de la instalación.
- plano y esquema de funcionamiento del circuito hidraúlico con todos sus componentes (a modificar cada vez que se realice una modificación).
- puntos de toma de muestras y puntos de posibles emisiones de aerolisación.
Antes se detallaban las revisiones, ahora se deben realizar los siguientes programas:
- programa de mantenimiento y revisión de la instalación (cumplimiento anexo IV y designación de las responsabilidades).
- programa de tratamiento: tratamiento del agua en caso necesario y limpieza y desinfección de la instalación (cumplimiento anexo IV).
- programa de muestreo y análisis del agua (cumplimiento anexos V y VI).
- programa de formación del personal (propio y externo).
El PPCL se revisará de forma periódica y se irá actualizando en base a las revisiones o evaluaciones efectuadas o cuando la autoridad sanitaria lo considere oportuno sobre todo si se detectan desviaciones importantes durante la evaluación, tras reformas sustanciales de la instalación o por asociación a casos o brotes de la enfermedad (en cuyo caso se procederá a realizar una evaluación adicional).
Toda la documentación y registros deberán ser digitalizados y mantenerlos a disposición durante cinco años.