En este artículo hablaremos de qué es la Legionella, donde aparece, los factores que influyen en su multiplicación y las medidas de control.
La Legionella es una bacteria con amplia capacidad de sobrevivir en un amplio rango de condiciones, multiplicándose fácilmente entre 20 y 40 º C y destruyéndose a 70 º C.
El género Legionella integra la especie L. pneumophila, de la cual se han descrito al menos 14 serogrupos. El serogrupo que causa más frecuentemente infección en humanos, y que es también la más presente en el medio ambiente, es el serogrupo 1. La legionelosis es una enfermedad bacteriana de origen ambiental que presenta fundamentalmente dos formas clínicas diferenciables: la enfermedad pulmonar o “Enfermedad del Legionario” que se caracteriza por neumonía con fiebre alta, llegando en ocasiones a producir la muerte y la forma no neumónica, conocida como “Fiebre de Pontiac”, que se manifiesta como un síndrome febril agudo y es de pronóstico leve.
La infección por Legionella puede ser adquirida fundamentalmente en 2 grandes ámbitos, el comunitario y el nosocomial (hospitalario). En los dos casos la enfermedad puede estar asociada a varios tipos de instalaciones y de edificios, y puede presentarse en forma de casos aislados o esporádicos o en forma de brotes o agrupaciones de casos.
En en cuanto al reservorio y fuente de infección, la Legionella es considerada una bacteria ambiental, puesto que su nicho natural son las aguas superficiales de lagos, ríos o estanques. Desde estos reservorios naturales, la bacteria puede pasar a colonizar los sistemas de abastecimientos de las ciudades y así se incorpora a los sistemas de agua sanitaria u otros que requieran agua para su funcionamiento.
Estas instalaciones en ocasiones favorecen el estancamiento del agua y la acumulación de desechos y productos que sirven como nutrientes a la bacteria, favoreciendo así su multiplicación. Si además se encuentra en la instalación un sistema de producción de aerosoles (dispersión de un líquido o sólido en el aire), la bacteria puede dispersarse por el aire. Las gotas de agua infectadas pueden permanecer suspendidas en el aire y penetrar por inhalación en el aparato respiratorio.
La susceptibilidad a la enfermedad es universal, pero afecta con mayor frecuencia a individuos entre los 40 y los 70 años, presentándose de dos a tres veces más en hombres que en mujeres y siendo rara su aparición en niños. También es más frecuente la infección en sujetos inmunodeprimidos, diabéticos, pacientes con enfermedades pulmonares crónicas, individuos fumadores y alcohólicos.
En cuanto a las medidas de prevención, la normativa prevee:
- Limpiezas y desinfecciones de choque.
- Tratamientos con productos específicos.
- Mantenimiento de los sistemas e instalaciones.
- Analíticas de agua a una temperatura adecuada.
La transmisión se produce como hemos dicho por inhalación de aerosoles con un número suficiente de bacterias, no existiendo evidencias de transmisión de persona a persona. El agua contaminada supone un riesgo solamente cuando se dispersa en la atmósfera en forma de microgotas. Como curiosidad, sólo las gotas que presentan una medida igual o inferior a 5 micras, son susceptibles de pasar a los alveolos pulmonares.
La legionelosis es una enfermedad de declaración obligatoria desde 1996 en España.