Según los datos del European Center for Desease Control (ECDC) durante el pasado 2018 los casos registrados en legionelosis, son un total de 11343 casos, un 57% más que en 2007.
Una de las causas señaladas para este incremento tanto considerable, es el progresivo aumento de las temperaturas por el cambio climático. Ya en el 2015 la OMS (Organización Mundial de la Salud) evidenció una relación directa con el cambio climático, ya que la relación entre temperatura y legionella es directamente proporcional.
Lo que también debemos tener en cuenta es que durante estos años, también se ha hecho un mejor seguimiento de los casos aparecidos en la UE, ya que cada vez son más los paises que se suman y mejoran sus sistemas de registro de los casos que aparecen.
España se situa al frente de los casos en toda Europa con 1513 casos de legionelosis en 2018, más del doble de los registrados en el 2011. Pero hay que saber que desde 1997, la legionelosis en España es una enfermedad de declaración obligatoria (En Cataluña ya lo era desde antes).
La presencia de Legionella no necesariamente implica riesgos para la salud pública, pero si la necesidad de un control para evitar la amplificación y crecimiento de estas bacterias. Con el RD 865/2003 de 4 de julio que es la normativa base a seguir y todas las normativas de las comunidades autonómicas que matizan algunos aspectos puntuales de esta normativa, tenemos en España el marco actual de criterios que hay que seguir para la prevención y control de la legionelosis.